La
carga de trabajo y el estrés.
En
muchas empresas se da una mala distribución de la carga de trabajo con lo que
algunos empleados están sobre-saturados mientras otros pueden llegar a
aburrirse. Los gestores tienen que dividir las responsabilidades de una manera
ecuánime y los empleados deben priorizar el trabajo que se debe hacer.
Un
trabajo en el que se satura de responsabilidades a sus empleados no va por buen
camino.
2)
Las interrupciones aleatorias.
¿No
te ha pasado que vas a hacer algo que te urge y suena el teléfono, alguien
reclama tu atención o tu jefe te manda una nueva tarea? Entonces empiezas a
notar cómo se te hincha la vena de la frente y tus niveles de cortisol (“la
hormona del estrés”) aumentan considerablemente.
Creo
que puede ser el momento adecuado para practicar el escaqueo o técnicamente
hablando, delegar el trabajo. De igual manera una correcta distribución del
tiempo debería tener en cuenta esta clase de “imprevistos”. También se puede
optar por coger el toro por los cuernos: no coger el teléfono, pronunciar unas
breves y escuetas palabras “estoy ocupado” o aclarar al jefe que te está
pidiendo más de lo que tu capacidad de trabajo te permite soportar.
3)
La incertidumbre.
He
conocido a muchas personas con una gran necesidad de conseguir dinero que dan
su cuerpo y alma en el trabajo con el único objetivo de que a los 12 meses no
los echen. Esto, generalmente y con el tiempo, acaba generando un estrés.
Otro
tipo de incertidumbre es cuando te toca hacer algo nuevo que requiere de nuevas
técnicas y procedimientos. Un correcto traspaso de información acerca de cómo
se deben realizar las tareas bastaría para reducir esta incertidumbre. Se hace
necesario, más que nunca, una correcta supervisión de las tareas encomendadas.
4)
La desconfianza.
Todos
sabemos que la convivencia puede resultar muy dura. Imagínate si convives 8
horas de cada día con personas que, en principio, son extrañas. Naturalmente
con unas te llevarás mejor que con otras.
La
cuestión es que los supervisores se deben encargar de crear un ambiente sano de
trabajo, en donde las relaciones con los compañeros sean lo más naturales
posibles y evitando enfrentamientos improductivos que lo único que generan es
malestar y estrés.
5)
La falta de liderazgo.
Conozco
el caso de una chica que compartía trabajo con otras 5 mujeres. Ellas se
organizaban su trabajo sin ninguna clase de supervisión ni tenían cerca ningún
responsable que las controlase. Lo que parecía un clima desasosegado pronto se
convirtió en un infierno. Las discusiones eran continuas a la hora de organizar
el trabajo.
La
chica en cuestión acabó dejando su trabajo pues no aguantó el clima de
violencia que se alcanzó. Los jefes están para algo. Por lo general, se
necesita a alguien que organice, distribuya y supervise el trabajo realizado.
6)
La incapacidad para realizar un trabajo.
Esa
incapacidad puede venir dada por varios factores:
A)
Puede que no se esté realmente bien formado para realizar la tarea asignada.
Esto se soluciona primero eligiendo correctamente a los candidatos para el
puesto de trabajo y segundo dándoles la formación complementaria y continua que
se necesite para realizar correctamente el trabajo.
B)
Puede existir algún tipo de problema físico o mental que limite la capacidad
del individuo para realizar una tarea. En España existe un tribunal médico
asignado por la Seguridad Social que es el que determina que el individuo está
incapacitado para desempeñar su trabajo habitual. En tal caso se le asignaría
una pensión compensatoria.
7)
Falta de reconocimiento por el trabajo realizado.
Las
personas necesitamos saber si lo que hacemos o nos han encargado están bien o
mal. Los jefes deberían alentar a sus empleados con frases tipo: “Lo has hecho
muy bien”, “vas por el buen camino”, “perfecto”, “da gusto trabajar contigo”,
“eres de lo mejorcito que hay por aquí”,…
8)
La falta de humor.
Sí,
lo ideal sería que todos fuésemos al trabajo de buen humor y que una vez allí
hiciéramos lo que tenemos que hacer pero en un clima agradable en donde el
humor esté presente. Esto es difícil cuando te tienes que levantar a las 05:00
AM para permanecer 8 horas en el mismo lugar trabajando.
Sin
embargo, coincidirás conmigo que es absurdo y de tontos ponerse de mal humor
por algo inevitable. Ya que vas a estar ahí, búscale la vuelta y busca
situaciones graciosas e incita a tus compañeros a la broma y a la diversión. El
buen humor no está reñido con el desempeño de un trabajo de calidad.
9)
La falta de comunicación.
Las
personas somos seres sociales y necesitamos comunicarnos. La falta de
comunicación produce aislamiento físico y mental y es proclive a que aparezca
nuestro mal humor y se den situaciones que generen estrés.
10)
La falta de autocontrol.
Todos
somos mayorcitos aunque muchos se han quedado en la edad mental de los 6 años,
la edad del berrinche, del todo lo quiero para mi, del egoísmo puro y duro.
Esto acaba generando un estrés entre los compañeros de trabajo difícil de
aguantar.
Un
mayor autocontrol de las emociones y aumentar la tolerancia a la frustración
podrían ser la solución a muchos problemas.
CONSEJOS
PARA ELIMINAR EL ESTRÉS
Ejercicios
de respiración.
La
respiración profunda es un calmante muy accesible para reducir el estrés. Tiene
numerosos beneficios para el cuerpo, incluida la oxigenación de la sangre, lo
que ‘despierta’ el cerebro, relaja los músculos y calma la mente.
2)
Meditación.
La
meditación se basa en la respiración profunda. Cuando meditamos, el cerebro
entra en un espacio de funcionamiento similar al sueño, pero conlleva algunos
beneficios adicionales como la liberación de ciertas hormonas que promueven la
salud.
La
meditación afecta al cuerpo exactamente de forma opuesta al estrés, vuelve el
cuerpo a un estado de calma, ayudando al cuerpo a repararse a sí mismo.
3)
Dedícale tiempo a aquello que te gusta.
Todo
el mundo somos buenos en algo. Encuentra aquello que sea de tu interés y
dedícale el tiempo necesario para intentar ser el mejor en dicho hobby.
4)
La visualización.
La
visualización de ti mismo haciendo bien las tareas que estás tratando de
dominar funciona, por lo que puedes mejorar tu rendimiento a través de
visualizaciones.
5)
Autohipnosis.
La
autohipnosis tiene la ventaja de permitir la comunicación directa con su
subconsciente para mejorar sus habilidades y abandonar los malos hábitos o
sentir menos dolor.
6)
Ejercicio.
El
ejercicio proporciona una distracción de las situaciones estresantes así como
una salida a las frustraciones.
7)
Relajación muscular progresiva.
Al
tensar y relajar todos los grupos de músculos de tu cuerpo puedes reducir la
tensión en cuestión de minutos, sin entrenamiento o equipo especial.
8) Música.
La
musicoterapia ha demostrado numerosos beneficios para las personas estresadas.
La música adecuada puede realmente bajar tu presión sanguínea, relajar tu
cuerpo y calmar la mente.
9)
Yoga.
El
yoga combina otras prácticas de manejo del estrés como la respiración, la
meditación, la visualización y el movimiento.
10)
El humor.
Intenta
relativizar tu día a día y no te tomes la vida demasiado en serie. Busca los
aspectos humorísticos de todo lo que te rodea, ve películas de humor, escucha
chistes,…
El estrés:
cómo afecta a nuestro cuerpo
El estrés es la tensión física y emocional que
se produce como respuesta a una presión externa o interna. Prácticamente es
imposible vivir sin algún tipo de estrés y, en pequeñas dosis, resulta
estimulante y motiva al logro. Sin embargo, cuando es excesivo o no se controla
adecuadamente, puede producir problemas de salud.
Los síntomas de estrés pueden ser psíquicos
y físicos
Los síntomas mentales son: tensión,
irritabilidad, problemas de concentración, cansancio excesivo, problemas de
sueño, preocupación, tristeza.
Los síntomas físicos son: boca seca, aumento
de la frecuencia cardiaca, malestar estomacal, deseo frecuente de orinar,
palmas de las manos sudorosas, dolor de espalda, tensión muscular que puede
causar contracturas y dolor, mareos, problemas para respirar.
Los acontecimientos estresantes no solo son
sucesos negativos, como tener problemas de pareja o laborales, sino que también
los sucesos positivos, como una boda, comprar una casa o tener un hijo pueden
resultar estresantes a muchas personas. No obstante, lo que resulta estresante
para una persona puede no serlo para otra. Por ejemplo, algunas personas
disfrutan hablando en público mientras que otras se sienten tremendamente
ansiosas.
Algunas personas están encantadas de ayudar a amigos o familiares a
solucionar sus problemas, mientras que otras lo encuentran tremendamente
estresante. Hay quien ve los cambios como algo emocionante, mientras que otros
los viven con miedo y ansiedad.
Algunos datos sobre el estrés 43 % de las personas adultas sufren efectos
adversos en su salud ocasionados por el estrés.
Del
75 al 90 % de las visitas al médico se deben a enfermedades relacionadas con el
estrés.
El
estrés está relacionado con las principales causas de muerte: enfermedad
cardiaca, cáncer, enfermedades del aparato respiratorio, accidentes, cirrosis
hepática y suicidio.
Un
estudio realizado con hombres de mediana edad, mostró que aquellos que carecían
de apoyo emocional de otras personas
durante sucesos estresantes severos, tenían una probabilidad 5 veces mayor de
morir en los 7 años siguientes que aquellos con apoyo emocional.
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